viernes, noviembre 14, 2008

Pasaron los días, el juicio seguía en pie, cada vez faltaba menos y yo cada vez estaba más asustada y asqueada. No me apetecía para nada ir a ese juicio en el que la protagonista era yo. Ali que se había enterado de lo sucedido por parte de mi madre me llamaba todos los días para tranquilizarme, yo había veces que no iba a clase por la ansiedad que me poseía el cuerpo por los hechos que le estaban ocurriendo a mi vida, y cuando iba me encontraba con que Xavier ya no estaba, había terminado las prácticas y no iba a volver, y eso me ponía triste. Los días que no iba a clase Ali venía a mi casa a hacerme compañía, y allí hacíamos deberes y hablábamos, al menos se me pasaba un poco el nervio. Cuando se iba volvía el horror y la claustrofobia y el sentimiento de estar atrapada en un tunel del que no podía salir volvía a mí, yo sólo deseaba irme, irme lejos, dejar atrás el juicio y desaparecer del mapa, desaparecer con Xavi, pero era algo ridículo, e imposible también, él iba a casarse, yo iba a declarar en un juicio y nada podía cambiarse.

Un extraño día de aquellos, no recuerdo bien cual, entró mi madre y me dijo que el juicio estaba cerca, que la policía tenía por fin el resultado de los restos de piel de bajo mis uñas, ya que en un momento de pánico le arañé. Aquellas pruebas, decía, eran el pasaporte a la victoria del juicio. Y yo, sin saber porqué me sentía mal, aún sabiendo que ganaría el juicio y que Germán jamás me volvería a tocar. Cuando salió del cuarto lloré todo lo que pude, estuve por salir fuera y gritarle a mi madre lo que yo pensaba de todo aquello, que yo no quería juicio alguno, que no había pasado nada, que todo había quedado en un susto, que además había testigos y perfectamente se podía culpar a Germán sin un juicio, que aquel juicio sólo se celebraba porque la adinerada familia de Germán había puesto todo su empeño en intentar salvar al idiota del hijo, usando el dinero, claro. Pero no me atreví, en lugar de eso cogí el teléfono y marqué un número que no marcaba desde hacía días. Enseguida, una voz contestó.

-¿Diga?- sentí la voz de Xavi como un suspiro de aire fresco en una ciudad contaminada.
-Xavi, soy yo Arca.
-¿Arca?¿Qué pasa?
-Lo siento Xavi, no te quería molestar...pero necesitaba oírte. Odio toda esta presión, odio todo lo que me pasa últimamente.-dije yo casi llorando.
-Arca...eres una chica madura y lo sabrás asumir y sobrellevar, lo sé.
-Yo no soy madura, yo no se llevar esto.-dije yo.
-La Arca que yo conocí era madura y lo hubiese sabido llevar.
-La Arca que tú conocías quedó sepultada bajo una montaña de horrores hace unas semanas.
-¿Esto es por Germán?-preguntó él enfadado.
-No, con él no pasó nada. Es por este juicio, es porque es horrible, es porque ya no estás.
-Sabes que siempre estaré ahí aunque tu digas que no.
-No, no estás.- repliqué yo-Si estubieses podría besarte.
-No siempre los besos son como tú crees que son.- dijo él.
-¿Qué?- dije yo extrañada, no le entendía.
-Que yo te beso todas las noches en mi mente, y deseo que lleguen esos besos a ti, por tanto, piensa todas las noches que me besas, yo estaré ahí, besandote en sueños.- dijo él, y se puso a llorar.
-Xavi...-comencé yo, pero dejé de hablar, me había colgado.

jueves, octubre 30, 2008

Cap13 De juicios y más ; Novela: Besos de miel

Si creíais que iba a decir que fue Xavi el primero que entró y le pegó una patada a Germán en donde se la merecía, me tomó en brazos y marchamos de allí hacía un nuevo mundo y con una nueva vida estais muy equivocados. Eso sólo ocurre en los cuentos de hadas. Lo que pasó fue muy distinto.

Cuando la señora de la limpieza entró gritando a la sala que una chica gritaba en el baño, fue mi padre el primero en reaccionar, seguido de mi madre, al darse cuenta de que yo estaba ausente y temiendo lo peor. Entró corriendo al baño y golpeó con fuerza a Germán, gritándole una serie de insultos que preferiría no repetir. Fue un gran alivio, porque Germán me tenía sujeta por la boca para que no gritase más y me estaba haciendo mucho daño.

Después todo fue muy raro. Primero llegaron los novios, pero alguien les informó que la boda no podía realizarse ese día, pues había habido un intento de violación en aquellos juzgados. Después se me llevó la policía a tomar declaración, y entre lágrimas de terror, me encontraba asustadísima por los hechos ocurridos aquel día, les relaté mi historia, después me dejaron volver a casa. Cuando llegamos a casa eran ya las cuatro de la madrugada, y me negué a comer nada. No tenía hambre, sólo tristeza, había molestado a Xavi el día de su boda, y eso me sentaba mal, y además había estado a punto de ser violada, y eso me hacía llorar, por eso, me acosté boca abajo en mi cama y me puse a llorar desconsolada. Lo que me pasó después fue más raro aún, me sono el teléfono y era Xavi.

-¿Estás bien?- su tono de voz parecía alarmado.
-Sí...-comencé.
-No me mientas, tu voz suena mal.
-Perdóname...Primero te fastidio la boda y luego te preocupo...- le dije yo casi llorando.
-¿Tú eres tonta? No es tu culpa eso, es culpa del imbecil de Germán.- me respondió él enfadado.
-Pues...a decir verdad me asusté mucho...de él, luego de la policía, luego de lo que puede pasar si gana él el juzgado...Y me sentí mal por ti.
-No estés mal...él va a perder, me encargaré yo mismo y por mí no te preocupes...ya fijamos la boda de nuevo...
-Te quiero.- le corté.
-Y yo...yo te amo.- me contestó.
-Entonces ¿por qué no estamos juntos?
-No podemos, lo siento.- dijo él, y me pareció oírle llorar. Después colgó

lunes, octubre 27, 2008

Cap:12 Miedo ; Novela: Besos de miel

Pero llegó el día de la boda. Él ya me había avisado, pero yo no quería pensar en ello. Sin embargo, como su madre y la mía eran amigas fuimos invitados a la boda, y allí estaba yo, con un traje negro palabra de honor, precioso, en la puerta de un juzgado, sola, tomando el aire y preparandome a entrar para ver como el amor de mi vida se casaba.

Estaba mirando pasar los coches a la puerta del juzgado, era tarde, las nueve de la noche, así habían decidido casarse, por juzgado y de noche, y las lágrimas estaban cayendo por mis ojos sin parar. Era horrible, me sentía impotente frente a esa mujer, me sentía fea, imbecil, tonta...Me sentía tantas cosas malas que tenía ganas de tirarme a la basura. Cuando alguien me tomó por detrás y me tapó los ojos. La alegría fluyó dentro de mí, podía ser él, que había huído de su boda para estar junto a mí, para besarme. Me giró, pero me hizo la señal de que no abriese los ojos, y yo le seguí el juego, era muy interesante. Comenzó a besarme, pero era distinto...sus labios eran más asperos, besaba con una furia inhumana, su aliento era nefasto y...pinchaba. Abrí los ojos de repente y me encontré a German, con los ojos destilando vicio y lujuria. Me asuste mucho, pero él me tapó la boca y me obligó a entrar al baño del juzgado.

Tenía dos opciones, o rendirme o luchar. Decidí la primera, dejé que me besara y mientras lo hacía le propiné una patada a sus partes. Germán hizo una mueca de dolor, y yo aproveché para gritar. Tuve suerte, me oyó una mujer de la limpieza, que avisó corriendo dentro de la sala, menos mal que lo hizo rápido, porque Germán volvía a la carga....



CONTINUARÁ

jueves, octubre 23, 2008

Cap 11: En un bar... ; Novela: Besos de miel

Pasamos una semana bellísima, enviandonos mensajes de amor, llamándonos todas las noches, mis padres me veían tan feliz que ni siquiera me preguntaron lo que me pasaba, sólo deseaban verme tan feliz como antes de que yo conociese a Xavi. Aquel mismo viernes le dije a mi madre que me iba con Ali, pero en realidad me había citado con Xavi en aquel bar donde nos declaramos nuestro amor. Y allí estaba él, con sus ojos graciosos, con el pelo empapado de sudor, con su boca que me pedía besos, dispuesto a darme otro de sus dulces besos de miel.

-Estás preciosa.- me dijo solamente.
-Si llevo una ropa de lo más corriente...- me miré mis vaqueros agujereados y mi sueter, con un poco más de escote de lo normal- Tú si que estás guapo.- Y era verdad, llevaba una camiseta negra que le sentaba muy bien y unos vaqueros caídos que me encantaban.
-Pues yo no sé lo que haces, pero cada vez que te veo me gustas más.- me contestó él, poniendome la carne de gallina.
-Yo no sé lo que tú haces, pero me vuelves loca cuando me hablas de ese modo.- le contesté yo mostrándole mi brazo.

Él ya no dijo nada, simplemente me besó levemente los labios. "Eres mi angel de la guarda" me susurró al oído. Me saltaron dos lágrimas de los ojos, volví corriendo la cabeza, no quería que él me viese llorar, aunque fuese de emoción, era demasiado orgullosa. Él aprovechó mi vuelta de cabeza para morderme la oreja, me encantó.

Una suave brisa entró cuando la puerta del bar se abrió, y entonces vi como la cara de Xavi palidecía, sus ojos se asustaban y el que tenía mal se le desórbitaba. El hombre que acababa de entrar no tendría mucha más edad que Xavi, quizás un año o dos más, tenía los ojos muy azules, hermosos y gélidos, que resaltaban con su piel color canela. Su pelo rizado y negro era brillante y perfecto y su barba de dos días le daba un aire de la calle. Se sentó y pidió una cerveza. Xavi volvió la cara con la intención de que no le viese, pero el hombre se dió la vuelta y le vio.

-Vaya, pero si aquí está mi cuñadito preferido.- dijo el hermano de Sara con tono burlón.
-Hola Germán.- dijo Xavi fríamente.
-Pero si lleva una amiguita...¿Cómo te llamas pequeña?- dijo Germán burlón.
-A ella no la toques.- contestó Xavi.
-Tranquilo...seguro que eso ya lo has hecho tú por mí...-contestó él, era realmente desagradable.
-Eso es mentira.
-A mi hermanita le gustaría saber que su futuro marido sale con niñas de 15...y no precisamente a jugar a muñecas...
-Eres un mierda, callate antes de que te cosa a ostias.- le contestó Xavi realmente enfadado.

Yo tenía mucho miedo, y no recuerdo cuando fue que perdí el conocimiento, pero lo perdí del miedo que tenía. Me desperté en el asiento de atrás del coche de Xavi. Cuando abrí los ojos me encontré con un Xavi realmente preocupado.

-Joder que susto, ya estaba preocupado por lo que le tendría que contar a tu madre si te dejaba en casa así.- contestó él.
-Sobretodo porque ella no sabe con quien estoy.- dije yo, riendome.
-Sí, eso sobretodo...¿Estás bien? Te ví de repente en el suelo y me quise morir, creí que sería peor.
-Sólo fue un simple mareo...- dije yo avergonzada- Lo siento.
-No lo sientas, fui un imprudente por llevarte a ese bar de nuevo, pero yo no me podía imaginar que entraría el impresentable de Germán.- contestó.
-¿Quién era?- le pregunté recordando el miedo que me daba ese hombre.
-Era Germán, mi cuñado. Es idiota, siempre se mete conmigo, y además, está salido, así que no te acerques mucho a él, no le importan las edades. Y no digas que parece raro que lo diga yo, yo si estoy contigo es por amor, él sólo busca sexo y le da igual con quien.- me contestó con asco.
-Dios que asco...- contesté yo con repugnacia- de todas formas, siendo el desmayo.
-No si te lo agradezco, si no llega a ser por ti nos liamos a golpes.- me dijo él - Va siendo hora de que vuelvas a casa continuó.
-Pero quiero estar contigo...- contesté.

Él me volvió a besar dentro del coche, y allí nos quedamos acurrucados besándonos una hora más.


CONTINUARÁ

domingo, octubre 19, 2008

Cap 10: El despertar del amor ; Novela: Besos de miel

Ali me miró como si estuviese loca. Le acababa de mandar una nota en clase contándole lo que había ocurrido con Xavi aquel fin de semana, cuando desaparecí con él y no volví. Le debió de asustar bastante, pues por un poco casi me zarandea, si no llega a ser porque estábamos en clase de lengua, creo que tuve que omitir el detalle de que iba a casarse. Me mandó otra nota en la que decía "Te has convertido en su amante" y yo le miré con cara de asesina, no era mi culpa que él me liase y le pusiese los cuernos a su novia conmigo.

En realidas sí me sentía como su amante, pero me había enamorado completamente de él. De sus ojos, de su pelo, de sus manos, de sus carícias...Incluso de aquel ojito vizco que tenía y que a mí me hacía tanta gracia. Era perfecto para mí, incluso nuestra canción favorita era la misma. Y eso me gustaba. Me lo había dicho después de hacerme el amor en el baño de aquel bar, porque comenzó a sonar. Y aquello era lo que había escandalizado a Ali.

Aquella tarde, tras salir del instituto, le envié un mensaje al móvil. En él decía:

"Me voy a sentir estúpida por haberte escrito esto,
pero sólo hago que pensar en
como me refugiaría en la luz de tus ojos,
el único sitio donde sé que podré sentirme viva,
donde sé que permaneceré eterna,
eterna junto a ti."
Después suspiré y le di al botón de enviar. Al cabo de unos minutos recibí un mensaje de él.
"Cada vez que leo esto me río, me río de que te sientas estúpida,
porque a mí me encanta."
No podría describir nunca lo que sentí al leer eso, fue como si millones de emociones nuevas despertasen dentro de mí. Me sentí más feliz que en toda mi vida y grité y bailé, y mi madre se asustó y casi me dió medio quilo de tilas.
CONTINUARÁ

jueves, octubre 16, 2008

Cap 9 Amor en el bar ;Novela: Besos de miel

Aquel sábado fui con Ali al garito. Ella sabía lo que pasaba, y me dijo mil veces que él no aparecería por allí, que se había aprovechado de mi simplemente, yo también lo creía, pero prefería engañarme y pensar que sentía algo por mí. Aquella noche bebíamos un cubalitro de vodka rojo con fanta de naranja, nuestro preferido, y yo había decidido que después de ese venía una ronda de chupitos de vodka azul tras de otra, sólo deseaba emborracharme.

Y entonces, cuando llevaba ya medio litro de vodka en mi cuerpo apareció él. Iba con un sueter negro y unos vaqueros rotos, y estaba mejor que nunca. Mi corazón parecía que iba a salirseme del pecho, y entonces se acercó a mí y, para el asombro de mi amiga, tiró de mi brazo para llevarme con él. Le seguí. Y entonces nos metimos en el baño y me habló tomando mi rostro en sus manos.

-Te quiero- dijo solamente.
-Yo también...¿pero que juego es este?- le dije yo un poco enfadada y liada.
-Es el juego del amor...yo no puedo dejar a Sara, y menos por una niña, me meterían en la carcel.- me contestó.
-Todo es posible en esta vida.- le espeté.
-Perdóname.- dijo, y me besó.

Y entonces volvieron los besos y las caricias, el fuego ardiendo dentro de mí, el sentimiento de ir por una carretera llena de curvas, de ser una jaula de mariposas...




CONTINUARÁ

martes, octubre 14, 2008

Cap 8: De nuevo, brusquedad. ; Novela: Besos de miel.

Mientras nos besábamos yo era la chica más feliz del mundo, sus labios se movían contra los mios con delicadeza, dejándome respirar y acariciándome. Yo le mordía la boca y a él parecía gustarle. Entonces sonó mi móvil, lo cogí. Era mi madre.



-Hija, ¿Se puede saber donde estás? Amaya no está en casa.- me dijo enfadada.

-Perdón mamá...le dejé la cartera a su hijo y como está de prácticas en mi clase nos pusimos a hablar un poco...ahora voy.- le contesté, era una buena excusa.

-¡Oh! Que estás con Xavier...entonces sí me parece bien, parece un chico muy majo...- me respondió ella.

-Sí...Ahora voy mami. Xao.- le respondí, acto seguido colgó.



Xavi se quedó mirándome preocupado.



-Arcania...tengo que llevarte a casa, las calles estas no son seguras.

-Vale.- le contesté emocionada, esperaba otra tanda de besos en el coche. Sin embargo, pasó algo completamente distinto...



-Arcania...cuando bajes de este coche no volverás a saber de mí, terminaba hoy las prácticas, y no podemos volver a vernos.- me espetó él mientras conducía con la mirada perdida.

-Pero...¿Por qué?- le contesté yo, rompiendome por dentro, sentí que dos lágrimas asomaban en mis ojos.

-Porque...tu tienes familia, que te quiere y te va a cuidar...además tienes 9 años menos que yo, me voy a casar y si tu madre se enterase de esto me podría caer una gorda.- me dijo él muy frío.

-Pero...yo significo algo para ti...o eso me dijiste...- le dije yo, no soportaba ver como cambiaba tan deprisa...

-Sara es mi novia desde los 18.- me contestó simplemente.

-Eres un mierda, primero me besas, luego me ignoras, luego me salvas, luego me dices que te gusto, te aprovechas de mí y ahora esto...no lo entiendo.-le dije yo, no soportaba su indiferencia.

-Y tú eres una niñata, si fueses más madura lo entenderías.- me contestó.



No valía la pena seguir luchando, así que no volví a hablarle, pero cogí un pedazo de papel y un boli que encontré en mi bolsillo (siempre llevo bolígrafos por si acaso) y le dejé la dirección de un garito donde Ali y yo solíamos ir cuando salíamos por las noches. Detrás solamente escribí "Si el beso ha significado algo para ti, ven aquí el viernes por la noche." Acto seguido lo deslicé por dentro del cenicero sin que se diese cuenta, y esperé a estar enfrente de casa para bajar del coche e irme sin decirle ni adiós.





CONTINUARÁ